Ruta Cátara en Francia

FRANCIA, RUTA CÁTARA

El Viaje

Lo sobrenatural es lo que está más allá de lo sobrenatural, y lo natural con respecto al hombre, es lo que está al alcance directo de sus sentidos y de su conocimiento. No ha habido civilización que no haya tenido un núcleo de doctrina sobrenatural, estructurada por las religiones, alrededor de las cuales se han concretado las civilizaciones y las ha dado un carácter específico. Todas las civilizaciones  se han apoyado en lo sobrenatural, en lo que está más allá de los sentidos, al otro lado de nuestro plano puramente físico. Con más o menos supersticiones, errores, abusos, usos y mal usos por parte de la política, las religiones han tenido una base en lo misterioso y lo  sobrenatural, que no por ello deja de ser auténtico y valioso.   Creemos que es parte muy importante del Puzzle del ser humano y de su evolución, tanto como reír, amar, disfrutar, beber y dormir.

  Estas cosas se han promovido y lo sobrenatural se ha ocultado y censurado por una exclusiva élite. Ahora siglos después, podemos encontrar qué es eso sobrenatural que hay en común en todas las religiones y culturas, y entender por qué ese misterio ha sido vetado a la gente común. Creemos que en los lugares considerados sagrados por todas las culturas en los que han sido lugar de contacto y de unión con lo  sobrenatural y divino que hay en nosotros. Aún quedan chispas de reinformación que nos abren puertas a ese  interior, que por desconocimiento o ignorancia llamamos sobrenatural, pero que en el fondo es absolutamente natural.

 No es nuestro propósito condicionaros en nada vuestra idea de lo sobrenatural, si no acercaros y mostraros esos lugares donde culturas diversas,  mezcla de otras culturas diversas y más lejanas, han conectado con ello. Que cada uno sea libre de autogestionarse  su propio contacto y entendimiento con esa parte de nosotros y de todo el universo que está más allá de los sentidos. La geometría está ahí, y las energías de la tierra también, las piedras y sus cristales perfectamente colocados en esas estructuras llamadas templos también están allí. Las leyendas, las historias, y curiosidades os las podemos contar nosotros, pero son sólo eso, leyendas, historias y curiosidades. No creemos en la mezcla de religiones, ya que seguirían siendo eso, religiones, ni crear una nueva, eso no por favor. Pero si captar lo positivo y lo auténtico y puro que  tenga cada una de ellas y llevarlo a la practica, si supersticiones, sin promesas, sin jerarquías, sin castigos, sin protocolos.

 ¿Y qué son esas cosas  positivas, auténticas y puras que pueden llevar las religiones, alguna bastantes camufladas? Pues las cosas que nos hacen mejores, más amables, generosos, sinceros, respetuosos, más sabios. ¿Y qué significa ser más sabio?. Para nosotros, sabio es aquel que se acerca a la última realidad de las cosas, al no tiempo, al vacío inconmensurable, el que ha encontrado la Unidad con todos los seres y las cosas, y asimilado esa unidad, y cuando alguien es uno con todos y con Todo, a todos los respeta, es amable, generoso, humilde, sincero,  como a uno le gusta ser con sí mismo. Tan sencillo, tan difícil.

  En este viaje como en todos, queremos ofrecer un itinerario en el que tanto lo natural y lo sobrenatural se mezclan, la belleza y la grandiosidad del paisaje con el misterio y la leyenda, la más sublime arquitectura y la más escondida historia, la belleza palpable de las piedras y la belleza impalpable de las energías que la recorren. La ruta cátara se encuentra en un entorno espectacular, una ruta por lugares tranquilos llenos de historia y leyendas. Pasaremos por antiguos lugares de peregrinación, altas montañas, ríos, valles, castillos y fortalezas, aldeas recónditas, grandes catedrales y viejas callejuelas y plazas. Os contaremos las historias, leyendas , mitos y misterios que rodean todos esos asombrosos lugares que visitaremos. Cada uno juzgará por sí mismo su valía.

 Muchos de los lugares que visitaremos han sido consideramos por diferentes gentes como lugares de poder especiales, lugares en los que conectamos con algo indefinido, algo que siempre han buscado todas las civilizaciones, emplazamientos en los que existen fuertes energías provenientes del interior de la Tierra (telúricas). Es en estos lugares en los que emplazaban sus templos, fortalezas y castillos, para de alguna manera a través de estas energías y sus cuerpos conectar con lo trascendental, lo sobrenatural, y lo eterno. Qué sea un pequeño viaje más que nos acerque a eso que en el fondo todos buscamos.

Los Cátaros

Los cátaros son conocidos como los “hombres puros o prefectos”, que es la traducción directa del griego de la palabra Cathar, como se hacían llamar. Se tienen ciertas dudas de que  los católicos de la época, sus acérrimos enemigos, los llamaran hombres puros. Los cátaros tenían gran devoción por María Magdalena. Pensaban que ella llegó al sur de Francia, posiblemente con el Santo Grial tras la crucifixión de Jesucristo, huyendo de las persecuciones. Hay muchos investigadores actuales que piensan que el Santo Grial no era la copa en la que José de Arimatea recogió la sangre de Jesús, si no la descendencia directa de la sangra de Cristo, y que eso es lo que Cátaros y merovingios pretendían proteger. Por eso también se piensa que su nombre procede de la raíz latina derivada “catires” que significaría algo así como prostitutos, llamándoles así para desprestigiarles.

 El espíritu rebelde de los cátaros, que no aceptaba intermediaciones ni abosos de poder ni engaños, trascendió el tiempo y el espacio, e incluso todavía hoy en día inspira a mucha gente contra los falsos profetas y el comercialismo espiritual que hay en nuestra época.

 Esta tendencia cátara y su integridad y cordura  se fue extendiendo rápidamente por toda Francia, acogiendo a mucha gente que deseaba un espíritu libre, por eso fueron pronto perseguidos por la Iglesia Católica, peligraba su monopolio de lo Divino.

Fueron también llamados albigenses por ser la ciudad de Albi su seda principal. Los cátaros se consideraban cristianos, pero aún así rechazaban  de pleno a la iglesia católica y sus sacramentos, negaban al Papa y a la jerarquía eclesiástica. Negaban la existencia en un infierno en el más allá, el cual consideraban que podía encontrarse en esta Tierra.

Se basaban en antiguas ideas maniqueístas y en el Zoroastrismo. Se basaban en un principio dualista, un principio bueno y otro malo. Creían en la eterna lucha entre el Bien y el Mal. Consideraban únicamente puro lo trascendental y espiritual, el alma. Los cátaros no poseían riquezas particulares ni tenían iglesias en las que rezar. Era una religión que no tenía temor al infierno, practicaban el amor libre, y no otorgaban pleitesía ni diezmo a la Iglesia, por aquella época más que corrupta y politizada.. Llevaban diferentes ritos que les garantizaban su unión con el Gran Espíritu en el momento de la muerte, sin intermediarios ni pagos de aduanas entre un mundo y otro.

Todo esto fue muy atrayente para las gentes de la época, mucho más que la dogmática iglesia católica, por lo cual el catarismo atrajo multitud de adeptos y una creciente influyente simpatía. La  iglesia católica al ver peligrar su monopolio, comenzó su cruel cruzada contra los cátaros. Primero intentó su convertimiento, pero debido a su enorme Fe lo negaron, y fueron considerados herejes y condenados a la hoguera. Así comenzó la gran persecución y exterminio de los cátaros por parte de la iglesia católica. No sólo se quería acabar con ese peligro eminente que hacía temblar el monopolio católico, también querían apropiarse de todas sus tierras y castillos que habitaban los cátaros. Algunos de ellos pudieron escapar de las hogueras y camuflarse y continuar en secreto con sus creencias, y así continuar con la leyenda de los cátaros y su famoso tesoro.

 Durante el viaje extenderemos ampliamente la explicación de estas creencias y leyendas, un tema muy interesante que tocaremos por el recorrido por estas tierras llenas de historias, misterios y belleza.